miércoles, 9 de septiembre de 2009

El despertar de Camille


24-04-2009, El Pirineo Digital.

El oso Camille ya está despierto. A mediados del pasado enero, este veterano plantígrado salió de su periodo de hibernación y ya se encuentra en plena actividad. Dos explotaciones ganaderas de Garde e Isaba han sufrido sendos ataques, con el resultado de 3 ovejas muertas. Los técnicos de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra recuerdan que se trata de un comportamiento normal, ya que Camille suele protagonizar una quincena de ataques al año.

Cabe recordar que Camille tiene cerca de 25 años y que el año pasado se le detectó un problema de dermatitis en uno de sus lomos traseros, habitual teniendo en cuenta la avanzada edad del animal. Teniendo en cuenta esa edad y viendo los daños ocasionados en los ataques, los propietarios de las explotaciones pensaron en un primer momento que se trataba de alguno de los otros osos con presencia esporádica en el territorio, Neré , Aspe y Canelito.

Los técnicos del Gobierno navarro, tras analizar los restos y huellas localizadas en las fincas atacadas, han apuntado que las posibilidades de que sea Camille el animal atacante son del 95%. Entre otras cuestiones, el tamaño de las huellas, de pequeñas dimensiones, confirman la autoría del veterano plantígrado.

Los técnicos recuerdan que estas acciones entran dentro del “comportamiento habitual” del animal en esta época. Camille suele efectuar una quincena de ataques al año, centrados en dos periodos, de abril a mayo y de octubre a noviembre. La carencia de frutos en el bosque en esas fechas impulsa al oso a buscar otros alimentos.

Lo que sí es cierto es que Camille se ha despertado este año muy temprano. Salió del periodo de hibernación a mediados de enero cuando lo habitual suele ser un mes después. Su área de actuación está localizada en el Pirineo navarra, del norte de Ustarroz al sur de Garde, lo que supone unos 400 kilómetros cuadrados. Aunque también realiza incursiones esporádicas en el Pirineo aragonés y francés.

Población
Las reacciones de la población pirenaica residente en esta zona no se han hecho esperar, especialmente los ganadores. Igual que sucede en otras zonas de la cordillera declaradas “zonas oseras”, especialmente entre el colectivo ganadero, en los valles navarros no sólo no se apoya la población osera autóctona si no que se rechaza la llegada de nuevos plantígrados procedentes de otros lugares europeos, porque “generan problemas, ansiedad y muchos nervios”.
Los ataques de osos cuentan con indemnizaciones para los afectados, tanto por los daños que sufran los animales como por los causados a la infraestructura e instalaciones. En el caso del Navarra suponen 150 euros por cada ataque y con 300, por las molestias ocasionas. Pero los ganaderos indican que “los nervios e impotencia que tenemos, en especial de mayo a octubre, no se cubre con dinero”.

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