miércoles, 10 de agosto de 2016

Detectado un oso en Navarra tras un año sin rastros

Guardas forestales del Gobierno de Navarra han detectado estos últimos días la presencia de un oso pardo en las inmediaciones de Garde, en el Valle de Roncal. Puede tratarse del macho “Neré”, que anteriormente ya había realizado varias incursiones en la Comunidad foral, y que habitualmente frecuenta los valles franceses de Aspe y Ossau.

​Imagen captada el pasado sábado mediante cámaras de fototrampeo

Las cámaras de fototrampeo de los guardas captaron al oso en tres fotografías tomadas a última hora del 6 de agosto. De momento, se ha registrado un ataque a un mardano (oveja macho) en Garde, y es probable que la muerte de otros dos animales esté también relacionada con la presencia de “Neré”. El Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local tramitará los correspondientes expedientes de indemnización de daños por ataque de ganado -300 euros por ataque en zona de afección del oso-, a lo que se añadirá el valor del ganado afectado, según el precio oficial establecido en el baremo del Gobierno de Navarra . En este sentido, cabe indicar que es el primer rastro de plantígrado que se detecta este año, mientras que el pasado 2015 no hubo rastros ni ataques a animales.

“Neré”, nacido en el Pirineo central en 1997, desciende de la osa eslovena “Melba”, reintroducida en esta cordillera en 1996. “Neré” se desplazó hasta el Pirineo occidental, donde se instaló hacia el año 2000.

Actuaciones

La población de oso pardo en el Pirineo occidental está en una situación muy crítica, ya que únicamente quedan dos ejemplares, los machos “Neré” y “Canelito”. Sin embargo, en elPirineo central sigue aumentando la población con, al menos, 40 ejemplares

Navarra realiza un seguimiento de oso pardo coordinado con Francia y Aragón, y se registran todos los avistamientos, ataques, rastros, etc. También se hacen análisis genéticos cuando se recogen pelos o excrementos, y se trabaja con fototrampeo.

Además, está en marcha la vigilancia de los rebaños en la zona más afectada por ataques, en los altos de Garde-Urzainki-Ezkaurre. Para ello, se ha contratado a una empresa local, financiada por el Gobierno de Navarra con la colaboración de la Junta del Valle de Roncal. Esta vigilancia se activa cuando se detecta la presencia del oso, y su función principal es permanecer cerca de los rebaños por la noche para disuadir al oso de atacarlos.

El Gobierno de Navarra apoya la conservación del oso pirenaico dentro de una estrategia común a toda la cordillera, lo que requiere la colaboración entre comunidades autónomas limítrofes y departamentos franceses. Las medidas que se adopten, deben contar con un respaldo social de las comunidades locales, especialmente el sector ganadero. En concreto, las decisiones al respecto deben ir precedidas de una labor de formación, información y participación con las comunidades locales, no sólo navarras, dado que los animales que pudieran soltarse en la naturaleza han de vivir en un ámbito que afecta a Navarra, Aragón y al departamento francés de Pirineos Atlánticos, sin descartar desplazamientos a lo largo de la cadena pirenaica a otros territorios.

La presencia del oso se ha demostrado un atractivo para el turismo de naturaleza, con un impacto económico directo en las zonas de montaña de Asturias y Cataluña. En estas regiones se está demostrando que cohabitación del plantígrado y la actividad económica de montaña es posible. En esta línea están trabajando proyectos como Pyros Life en Cataluña y Valle de Arán.

Especie milenaria en Navarra

El oso pardo es una especie que ha estado presente en Navarra desde hace miles de años, como lo atestiguan los restos fósiles o referencias históricas de la caza. Debido a la presión humana, su población sufrió una gran regresión, y a mediados del siglo XX era una especie rara y con una población fragmentada en los Pirineos.

En 1970, la población pirenaica se distribuía en tres núcleos, el más importante el occidental (Aspe y Ossau), donde quedaban unos 35 osos, de los que algunos frecuentaban territorio navarro. En 1977 se vio en Garde a una osa con su cría, por lo que todavía había reproducción en la zona.

Ya en los años 80 del pasado siglo pasado la población era muy escasa y apenas había reproducción en todo el pirineo occidental. La caza furtiva causó un efecto negativo, y la especie entró en una situación crítica a partir de 1990. Por ello, en 1996 el Gobierno de Navarra aprobó el Plan de recuperación del oso pardo en la Comunidad Foral, aunque todavía había visitas esporádicas. A partir de 1998, un oso conocido con el nombre de “Camille” se instaló en Roncal, y causó numerosos daños al ganado hasta diciembre de 2009. Desde entonces, la presencia de plantígrados en Navarra ha sido esporádica.