martes, 19 de agosto de 2014

Una escuela para que los osos huérfanos aprendan a vivir en la naturaleza en Rumanía

Entre 15 y 20 oseznos se quedan huérfanos cada año en Rumanía. Un tercio de ellos sobrevive gracias a un centro en el que se les cuida sin domesticarlos, para que no pierdan sus instintos y puedan regresar luego a la vida silvestre. 

El Centro de Recuperación de Osos Huérfanos de Europa fue creado hace 11 años por la organización ecologista WWF en la provincia transilvana de Harghita. Hay que alejarlos de las zonas urbanas, donde pueden escarbar en la basura y encontrar comida fácilmente.

Desde entonces, 70 cachorros de oso pardo han logrado, no sólo sobrevivir, sino reincorporarse al hábitat natural sin haber quedado "contaminados" por su contacto con los humanos. El camino para llegar a este resultado no ha sido nada fácil y ha estado salpicado de fracasos. Panda fue uno de ellos. Este cachorro fue de los primeros en llegar al centro pero para él fue tarde, ya que había pasado demasiado tiempo buscando comida entre la basura de núcleos urbanos como para aprender a buscarse la vida en solitario en el monte. Ahora, es uno de los dos únicos adultos del santuario y ejerce como una especie de tutor de los cachorros.

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