La osa que apareció malherida en una cuneta en Somiedo en agosto de 2008 ya es adulta, pesa más de 70 kilos y podría estar preñada.
Foto: «Villarina», hace unos días, en los montes de Somiedo. Fapas
Oviedo, Raquel L. MURIAS
«Villarina» ya es adulta. La osa que unos turistas madrileños encontraron malherida en una cuneta en la localidad de Villarín, en Somiedo, en junio de 2008, y que pasó más de cuatro meses bajo cuidados humanos hasta ser devuelta al monte una vez recuperada, ya pesa más de 70 kilos y, además, podría estar preñada.
El FAPAS (que junto a la Fundación Oso Pardo participó activamente en la recuperación de la osa) fotografió a «Villarina» hace unos días campando a sus anchas por los montes somedanos. Grande, gorda y con un hermoso color de pelo, la osa no deja de sorprender a los expertos y es que, a pesar de las dudas sobre si esta hembra de oso pardo cantábrico podría valerse por sí misma en el monte tras su largo contacto con los humanos, lo cierto es que «Villarina» se las apaña muy bien sola para comer castañas y bellotas, alimentos que le proporcionarán energía suficiente para hibernar en una osera de la zona. Se prevé que «Villarina» entre pronto en hibernación y no se deje ver hasta primavera, cuando se desvelará si es o no madre.
La osa, que se ha convertido en todo un hito en la conservación de la especie por ser el único oso en Europa que logró reintegrarse y sobrevivir en su hábitat natural tras el contacto con los humanos, podría dar ahora otra grata sorpresa a los expertos. Roberto Hartasánchez, presidente del FAPAS, insiste en que «es más que probable que "Villarina" esté preñada». «Sería una gran noticia, la culminación más hermosa de una reintroducción al medio natural que empezó con muchos interrogantes y que se ha resuelto de la mejor forma posible», concretan desde el FAPAS. «Es probable que en la próxima fotografía que tengamos de ella sea ya mamá», añade Hartasánchez.
En lo que va de 2010, el programa de seguimiento del FAPAS ha permitido fotografiar a «Villarina» en quince ocasiones y, además, ha servido para conocer algunos hábitos en su comportamiento, como que, por ejemplo, a «Villarina» le gusta mucho el día. Lo normal en las osas pardas cantábricas, como es el caso de este ejemplar, es que tenga su primer celo y se queden preñadas en torno a los dos años. «Villarina» es, para los que trabajaron con ella desde un principio (el FAPAS, la Fundación Oso Pardo y la Consejería de Medio Ambiente), mucho más que un esbardo que logró superar sus heridas desde que unos turistas madrileños la recogieron de aquella cuneta un 26 de junio de 2008. Es referente en conservación y más ahora, que Asturias ha logrado que la especie salga del tan temido peligro de extinción y se recupere tras una lucha constante de más de treinta años. Ante la falta de descendencia de «Paca» y «Tola», «Villarina» podría dar ahora la grata sorpresa. Sólo faltan unos meses, hasta abril, para que salga de su cueva. «Esperemos que con esbardos», confían en el FAPAS.
Leer la noticia en el diario La Nueva España
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