EFE , Madrid - Los daños en la agricultura y ganadería producidos por la creciente población de osos pardos en España son muy limitados y de escasa importancia económica.
El Grupo de Trabajo del oso pardo cantábrico y pirenaico, reunido hoy por primera vez, ha calificado así los daños producidos por estos animales tras estudiar la evolución de los mismos en los últimos años y los sistemas de indemnización puestos en marcha por las Comunidades Autónomas implicadas.
Según un comunicado difundido por el Ministerio de Medio Ambiente la especie continúa en peligro de extinción, pero en las últimas décadas se ha constatado un "aumento lento y continuado de la población de oso pardo".
En concreto se afirma que en el ámbito cantábrico se ha pasado de "poco más de cincuenta ejemplares" en los años setenta del pasado siglo a un número mínimo de ciento treinta en la actualidad, "con más de veinte osas con cría en los últimos años".
En los Pirineos "la política de reforzamiento de la población realizada en Francia con apoyo de España ha permitido impedir la extinción del oso pardo": se contabilizan al menos veinte ejemplares, incluyendo varias hembras con cría en 2010.
El Grupo de Trabajo también ha estudiado la propuesta de un Programa Life+ europeo específico para el oso pardo, el desarrollo de un programa de seguimiento genético y la revisión del estrategia de conservación de esta especie, aprobada hace más de diez años.
El encuentro ha contado con la participación de los responsables de conservación de la Biodiversidad de las comunidades autónomas del área de distribución del oso pardo, además de los responsables de la Subdirección de Biodiversidad de Medio Ambiente y de algunos destacados investigadores. Además, ha sido presidido por el director general de Medio Natural y Política Forestal, José Jiménez García-Herrera.
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