En una reciente visita de campo con ganaderos del Pirineo con presencia de oso pardo, el presidente de Fondo Natural ha podido constatar la desidia y falta de apoyos del Gobierno de Aragón a estos profesionales.
Al habitual retraso (más de un año) en el pago de los daños ocasionados por los escasos ataques de oso a sus rebaños, hay que añadir ahora la falta de ayudas para la contratación de pastores, compra de mastines y cercados eléctricos u otros medios necesarios para el desempeño de su labor.
Fondo Natural ha solicitado al consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad un compromiso efectivo que permita armonizar esta actividad tradicional con la presencia del oso pardo, agilizando los pagos pendientes y manteniendo al menos las ayudas destinadas a los ganaderos directamente afectados.
Un buen ejemplo de la situación que se vive en estas zonas es la falta de alojamientos dignos para los pastores contratados por los pastores durante su estancia en puertos de montaña, una medida imprescindible para garantizar un buen manejo y cuidado de los animales. Mientras que en la vertiente francesa se han acondicionado numerosas "estivas" que permiten al ganadero permanecer con su familia todo el verano junto a sus rebaños en unas condiciones confortables, en la vertiente aragonesa los refugios son minusculos o inexistentes, obligando incluso a refugiarse en una tienda de campaña como es el caso del puerto de las Aras, en el macizo del Turbón.
La ganadería extensiva cumple en estas zonas un papel insustituible como herramienta para la conservación de la biodiversidad y de los paisajes, la prevención de incendios y el mantenimiento de la población rural, pero su mantenimiento exige un tratamiento diferenciado ya que las áreas de alta montaña imponen unas condiciones muy duras que dificultan enormemente su viabilidad.
Fondo Natural defiende la aprobación de una Ley española de Ganadería de Alta Montaña que garantice su mantenimiento, así como un Plan de recuperación del oso pardo en Aragón que asegure una población viable de oso pardo en la comunidad autónoma, creando un marco legal que ampare todas las acciones de seguimiento, compensación de daños, medidas de apoyo a la ganadería, fomento del ecoturismo y un desarrollo rural comprometido con la conservación de la biodiversidad, evitando las acciones discrecionales del ejecutivo, guiadas frecuentemente por la presión mediática o mero oportunismo político.
Actualmente en Aragón solo hay presencia permanente de una osa "Sarousse" en la Ribagorza y ocasionales visitas del macho Neré en el valle de Ansó. En el Pirineo Occidental sólo sobreviven dos machos por lo que están abocados a su desaparición si no se libera en esta zona una o dos hembras reproductoras. Mientras tanto, el programa de liberación de osos en el Pirineo central procedentes de Eslovenia, iniciada por Francia hace dos décadas, ha permitido alcanzar una población de 30 ejemplares que progresa lenta pero exitosamente por un extenso territorio entre Francia, Valle de Arán y la Alta Ribagorza de Cataluña.
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