Medio Ambiente ha pagado 70.975 euros en ocho años por 42 agresiones. No hay rastro de la presencia de Camille en el Pirineo desde febrero del 2010.
10/07/2011 A. IBÁÑEZ - El Gobierno de Aragón ha invertido un total de 70.975,70 euros en indemnizar los ataques de oso pardo al ganado en la comunidad en el periodo del 2002 al 2010. En concreto, ha pagado 42 agresiones de plantígrado con daños a distintas cabezas de animal. Lo que viene a ser una media de 4,7 irrupciones anuales y 7.886 euros por año. Así lo asegura el Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo autonómico a una pregunta del diputado de IU, Adolfo Barrena, efectuada la pasada legislatura. Barrena se interesaba por el "estado de la osa Camille".En su respuesta parlamentaria, asegura que "la última información de indicios sobre la presencia de Camille en el Pirineo aragonés" data de los primeros días de febrero del 2010, momento en el que se fotografió en un paraje del valle de Ansó. Aunque se asegura que desde entonces no existen pistas "ni fotografías, ni huellas ni ningún tipo de rastro biológico".
GANADERÍA EXTENSIVA El Departamento de Medio Ambiente dio una orden el pasado 4 de septiembre para establecer ayudas para incentivar la ganadería extensiva en espacios de la Red Natura 2000 del área pirenaica y para compensar los costes indirectos causados a las explotaciones ganaderas en las zonas de presencia del oso pardo. En total cuenta con un presupuesto de 383.222 euros, "susceptible de ser ampliado en función de la demanda".
En un principio, la consejería consideraba que los hábitats del oso pardo en el Pirineo se circunscribían a los valles más occidentales y al parque natural de Posets-Maladeta. Sin embargo, tras avistar una osa con su cría en el municipio ribagorzano de Montanuy, en el verano del 2006, los planes de seguimiento del oso se extendieron también a la parte más oriental de la comunidad autónoma. El seguimiento poblacional del oso pardo está formado por una patrulla de tres personas que vigilan todos los años desde 1997.
LAS ACTUACIONES Dentro de esa recuperación, el Departamento establece desde hace tiempo una serie de actuaciones para romper la aparentemente incompatible convivencia entre osos y habitantes de la zona. Estas actuaciones consisten en la instalación de vallados eléctricos, la construcción de casetas, pistas y abrevaderos, la realización de desbroces, la instalación de un repetidor de telefonía móvil o la dotación de perros mastines para su uso en la vigilancia de rebaños.
Asimismo, hay varios proyectos de ordenación forestal en zonas oseras, el acondicionamiento de un centro de interpretación, la realización de estudios de viabilidad para proyectos relacionados con la ganadería, la instalación de carteles divulgativos sobre acciones ganaderas en dichas zonas o varias jornadas sobre cohabitación del oso con la ganadería, la caza o el turismo.
A pesar de todos estos esfuerzos, en los últimos días, la muerte de 123 ovejas, que huyeron en Laspaúles por lo que podía ser un ataque de oso (algo que el Ejecutivo aragonés descarta), ha vuelto a sembrar la polémica entre los ganaderos de la zona, que rechazan los planes de introducción que ha aplicado el Gobierno francés y que ha generado una amenaza en la zona aragonesa ante posibles ataques.
De hecho, la oposición a la introducción de este animal en el Pirineo, que desapareció de la cordillera hace más de tres décadas ha propiciado que la comisión de Medio Ambiente de las Cortes de Aragón aprobara una moción en la que instaba al Gobierno de Aragón a que presionara al Gobierno de España para que contestara a su homólogo francés que no continuara con la intención de reintroducir este plantígrado "sin la coordinación de las administraciones interesadas y sin el consenso del territorio".
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