El oso Camille se encuentra en un estado de salud un tanto delicado. En los últimos avistamientos del animal, que se mueve entre los valles de Roncal y Ansó, se ha podido observar en el plantígrado aptitudes inhabituales en él y algún problema en la piel, que puede ser un síntoma de debilidad. La preocupación de los técnicos es notable, ya que Camille es uno de los cuatro osos machos que habitan en el Pirineo Occidental y su pérdida será irreparable, ya que no existe remplazo natural posible. ACJ-Pirineum Leer noticia en PirineoDigital
Imagen de Camille tomada por los técnicos del Gobierno de Navarra donde se aprecia el problema de piel que sufre. FOTO:GA.
La noticia la dio el jefe del servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón, Manuel Alcántara, en el marco de unas jornadas que sobre “Turistas y osos”, tuvieron lugar el pasado 15 de abril en Jaca, organizadas por el Ministerio de Medio Ambiente y los gobierno autonómicos de las tres comunidades pirenaicas. El tema se debatirá también en Boltaña y Benasque, y tiene como objetivo informar sobre lo que supone el oso en el Pirineo y las posibilidades que este puede generar, sobre todo en el desarrollo rural, tomando como ejemplo la cordillera cantábrica.
De ahí que en la sesión de Jaca participaran, entre otros, Guillermo Palomero, de la Fundación Oso Pardo, y Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo (Asturias), uno de los municipios asturianos que integran el hábitat del oso y germen del Parque Natural de Somiedo, que este año cumple 10 años de vida. Ambos apostaron, como medida indispensable para lograr la cohabitación del oso y la población rural, especialmente el sector ganadero, por la información y la formación, además de, “por una política basada en la compensación de los daños y en la prevención de los ataques, además de tener y tomar en consideración a los pastores, porque los daños directos del oso los padecerán ellos”.
Respecto al estado de salud de Camille, Alcántara recordó que se trata de un animal mayor, “rondará los 25 años”. “Cuando murió Papillón, el último gran oso autóctono que falleció de manera natural, tenía 29 años y era ya muy viejo, le faltaban los dientes de arriba y estaba realmente mayor”, indicó Alcántara. Ahora, los avistamientos de Camille recuerdan el comportamiento que Papillón tuvo durante su última época.
Así, al menos lo entienden los técnicos del Gobierno navarro que pudieron avistar a Camille el pasado de 5 de abril en el valle del Roncal. “Al parecer estuvo durante 3 días en la misma zona, comiendo de la misma carroña y sin apreciar la presencia de los técnicos, hasta que no estuvieron a una distancia inferior a los 10 metros. Habitualmente Camille era muy complicado de ver, con una actividad nocturna y esquiva, y lo normal es que en primavera, como el resto de plantígrados, hiciera grandes desplazamientos en busca de comida, y no que permanezca en la misma zona durante varios días y comiendo de los mismos restos”.
Además, en las imágenes tomadas por los técnicos se aprecia una calva en el lomo del animal, que puede estar motivado por la debilidad. “No estamos totalmente seguros, porque también puede ser sarna, aunque no es una enfermedad habitual en los osos y menos de los que están en libertad”, señaló el jefe de Biodiversidad. Al parecer, en las imágenes tomadas a este ejemplar hace 2 años ya comenzaba a apreciarse la calva en los cuartos traseros.
Alcántara consideró la noticia como algo muy preocupante para el futuro de la población osera del Pirineo occidental: “En esta zona sólo existen 4 osos y todos son machos, difícilmente va a haber una renovación natural de esta población; eso traerá unas consecuencias que cada uno tendrá que valorar”.
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